La transformación digital como modo de vida
Ane Roldán Muñoz
Al igual que las diversas
redacciones de los medios de comunicación han sido objeto de transformación, la
convergencia de las distintas redacciones (prensa escrita, radio, televisión),
las TICs están dirigiendo la transformación digital de los negocios. Los
modelos de negocio y su conceptuación están cambiando. Y lo cierto es que la
realidad comunicativa nos muestra al cliente como eje de todo proceso
comunicativo. No importa tanto el producto, sino el cliente. Por lo tanto,
partiendo de tal afirmación, las organizaciones han cambiado su carácter adecuándolo
a las necesidades e inquietudes de su público.
La mayoría de las organizaciones están lanzando procesos de
transformación digital con un mismo fin: llegar de la forma más directa y
fructífera posible a sus clientes. Para ello, han aumentado la presencia de
éstos en sus redes sociales apostando por la interactividad mediante los
múltiples canales.
Lo cierto es que toda esta
transformación está guiada por la tecnología y la implantación de la misma en
los campos de la información y comunicación. Estas nuevas herramientas
facilitan la obtención de los objetivos comunicacionales de las organizaciones,
creando una nueva realidad. Sin olvidar que las TICs sitúan al usuario/
consumidor en el eje de todo este proceso, también refuerzan los contenidos
mediante distintas acciones como la gestión y fragmentación de la información.
La Red permite al usuario consultar una cantidad ilimitada de información por
lo tanto, las TICs ayudan a las organizaciones a cubrir las necesidades
específicas de su público. Asimismo, los diferentes servicios que pueda un
grupo empresarial tener, pueden estar personificados y dirigidos a dar una
respuesta rápida, clara y precisa a todo cliente que la requiera.
Pero si la Red permite el
seguimiento inmediato y al minuto de la actualidad informativa, las
organizaciones también tienen que filtrar con criterio y valor todas aquellas
informaciones que puedan afectar a la institución o marca y que de forma
directa también afectan al cliente. La implantación de las nuevas tecnologías
de la información y comunicación facilitan también una interactividad
inmediata, feedback, y más dinámica. No hay que olvidar que todas estas
tecnologías deben estar medidas y programadas, ser parte de un plan estratégico
de comunicación. Las diferentes organizaciones tienen que conocer bien cuáles
son sus objetivos principales para poder así, trazar un mapa con los distintos
procesos a llevar a cabo. El plan estratégico recoge todas esas acciones y cuáles
son las claves y herramientas para la obtención y logro de las mismas, y de ahí
la necesidad de recalcar la importancia de la mediación profesional de los
comunicadores.
En definitiva, las TICs juegan un
papel fundamental en la realidad comunicacional de las organizaciones. La
correcta utilización de las mismas hará que el prestigio y credibilidad de la
marca aumente o disminuya. El cliente es el eje del proceso comunicativo y las
distintas acciones en torno al mismo harán que la organización obtenga
beneficios o pérdidas. La realidad es que el modelo de negocio está cambiando y
continuará con su transformación guiada por la tecnología y está en manos de
cada organización querer sumarse a una realidad o morir en el intento.
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