jueves, 22 de octubre de 2015

El paradigma tecnológico y las organizaciones



Está de sobra destacar que las Tecnologías de la Información y la Comunicación forman parte de nuestra vida cotidiana casi de la misma manera que el comer o el respirar.  Cuesta encontrar, a día de hoy, alguien que no conozca el manejo –a nivel usuario- de internet, de un smartphone o de tantos otros soportes que forman parte del mundo multimedia y que no voy a nombrar dado que podría pasar varias horas haciéndolo.
El panorama informativo se ha puesto patas arriba en cuestión de pocos años, y la manera de consumir información (si es que lo es, dado que ahora más que nunca hay que hacer una diferenciación entre información y contenido) poco tiene que ver con la de hace poco tiempo atrás.
Esa norma implícita de que en internet “todo vale” ha generado una sobrecarga de contenidos que, en muchas ocasiones, lleva al usuario a desinformarse en lugar de informarse. La veracidad y la fiabilidad de muchas de las fuentes que publican contenido en internet está enormemente cuestionada, y es por esto que el usuario tiene que hacer un esfuerzo extra para separar la paja de lo verdaderamente relevante.

En cosa de pocos años, la tecnología ha evolucionado de forma drástica, y en ocasiones, el conocimiento humano no ha sido capaz de avanzar de manera paralela a dicha evolución.
Este es el caso de muchas empresas. Hay organizaciones con presencia en la red, en ocasiones buena, en ocasiones no tan buena (dado que no siempre se gestiona bien), y en ocasiones inexistente.
El ritmo de adaptación al terreno multimedia en el ámbito organizacional no se ha producido de manera homogénea, sino que hay empresas que no han sabido introducirse hasta el momento. En ocasiones porque no han sabido y en ocasiones porque no han querido, y es que la diferencia generacional hace que algunas organizaciones sientan cierto rechazo hacia las nuevas tecnologías.

De cualquier manera, en términos generales, una gran parte de las empresas es conocedora de que internet ofrece múltiples opciones necesarias y muy beneficiosas, y es por eso que la presencia de las mismas en internet aumenta constantemente.
La relación con el cliente se ha transformado por completo, convirtiéndose éste último en una persona con unas necesidades concretas, las cuales hay que satisfacer ya que en caso de no hacerlo, éste rápidamente se decantará por otra organización que le ofrezca el mismo servicio. Los clientes ya no buscan un producto perfecto. Buscan un producto perfecto y un valor añadido en cuanto al trato personal y a la experiencia de compra. Exigen respuesta por parte de la empresa durante las 24 horas del día, e internet ofrece las facilidades y la cercanía para poder hacerlo.
Un cliente mal atendido es un cliente insatisfecho, y un cliente insatisfecho es un cliente perdido. 

Teniendo en cuenta esto, ¿cómo no van a adaptarse las empresas al nuevo paradigma?




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